Por Mateo Garzón
Kevin Rodríguez, a 3 minutos de que finalizara el primer tiempo, fue por banda izquierda y logró llevarse de tres jugadores. Peleó contra todo el mundo y a base de velocidad, dejó solo a Moisés Caicedo, que no pudo aprovechar el mano a mano frente a Allison. Intentó picársela y cuando le quedó el rebote, encontró un muro defensivo en el fondo.
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Pasaron del nerviosismo y la posibilidad de que les marquen, a la tranquilidad que se puede ver en la cara de Marquinhos. Gabriel alcanzó a desviarla sobre la línea para que Brasil no se viera mal en un primer tiempo que dominaron completamente. La ilusión ecuatoriana nacía en individualidades, pero faltó el tema de siempre, la definición dentro del área.
Sebastián Becaccece gritaba en la banda y le señalaba a Kevin Rodríguez dónde estaba Moisés Caicedo para que se la diera. Dorival Júnior seguía a la jugada con los brazos detrás de la espalda y solo esperaba que no terminara en gol contra su equipo. Becaccece sufrió de la presión local y su equipo no generó mucho juego para que se concretara el empate.
Con esperanza del sí se puede terminó el primer tiempo, donde muchos jugadores mostraron más ganas que fútbol. Aún les cuesta entender qué quiere Sebastián Becaccece y contra Brasil era obvio que implementara un nuevo estilo era imposible. Incluso casi cuesta un gol en el que Hernán Galíndez buscó salir jugando desde el fondo.
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Kevin Rodríguez arrancó por la derecha a perfil cambiado, se le notó en los primeros minutos muy incómodo en este rol. Incluso su mejor jugada en el encuentro fue por la izquierda, se cambió de lado para hacer lo que mejor sabe. Justo para qué se sienta más cómodo, en el segundo tiempo los pusieron en su posición natural tras la salida de Jeremy Sarmiento.
22/11/2024
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