Por Pedro Ortiz
En Ecuador siempre han existido jugadores talentosos para competir en el más alto nivel, pero por mala fortuna o indisciplina fracasaron en el exterior. Gabriel Corozo se volvió una gran promesa por el potencial que tenía, pero decepcionó.
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Destacó en Liga de Quito y con solo dos temporadas dio el gran salto hacia España en el 2014. Nunca pudo afianzarse en Granada, Elche y Cádiz; una lesión en la rodilla lo mantuvo alejado durante varios meses, luego se rompió los ligamentos y ahí acabó su carrera en Europa.
El año pasado jugó en Orense, pero no convenció y lo dejaron ir. A sus 28 años no encontró equipo para esta temporada y ahora está dedicado a jugar videojuegos con Pervis Estupiñán, con quien tiene una buena relación, ya que coincidieron en Liga de Quito.
Gabriel Corozo estaba llamado a ser el recambio de Antonio Valencia en la Selección, a la que sí fue convocado, pero nunca jugó un partido oficial. Por irse muy joven a España prometía mucho, las lesiones le jugaron una mala pasada y por eso ahora su carrera se apagó.
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