Por Mateo Garzón
Alexander Domínguez fue el jugador ecuatoriano que se ganó el respeto de Karim Benzema tras su gran partido en el Mundial de 2014. El presidente de Liga de Quito, Isaac Álvarez, en una entrevista para La Voz Autorizada, de El Futbolero, lo confirmó. Explicó que incluso el francés fue al camerino a dejarle su camiseta después de que 'Dida' atajara todo.
En la historia del fútbol ecuatoriano, existen momentos que trascienden un simple partido y se graban en la memoria colectiva. Uno de esos instantes imborrables tuvo lugar en el Mundial de Brasil 2014, cuando la Tricolor se enfrentó a Francia en un encuentro que, más allá del resultado (0-0), dejó una anécdota que enaltece a uno de nuestros guardametas más emblemáticos: Alexander Domínguez.
"Dida", como cariñosamente se le conoce, tuvo una actuación sencillamente monumental aquella tarde en el mítico estadio Maracaná. Sus reflejos felinos, su seguridad bajo los tres palos y sus atajadas providenciales frustraron una y otra vez los embates de una delantera francesa que contaba con figuras de la talla de Karim Benzema, Antoine Griezmann y Olivier Giroud.
Francia llegaba al partido con la etiqueta de favorita y con la necesidad de sumar una victoria que los consolidara en el grupo E. Sin embargo, se toparon con un muro infranqueable llamado Alexander Domínguez. El arquero esmeraldeño se erigió como la figura excluyente del encuentro, ahogando los gritos de gol de los aficionados franceses con intervenciones espectaculares.
Benzema, en particular, sufrió la muralla ecuatoriana. El entonces delantero del Real Madrid, que venía mostrando un gran nivel, se encontró con un Domínguez inspirado que le negó el gol en varias ocasiones claras. Un cabezazo potente y un remate a quemarropa fueron repelidos por el arquero tricolor con reflejos asombrosos, dejando una sensación de impotencia en el atacante francés.
El partido finalizó con un empate sin goles que, para Ecuador, significó un valioso punto en su camino mundialista. Pero más allá del resultado, lo que realmente marcó este encuentro fue el gesto de reconocimiento que tuvo Karim Benzema hacia Alexander Domínguez.
Según relatos de la época, una vez finalizado el partido, Benzema se dirigió al vestuario de la selección ecuatoriana con una clara intención: felicitar personalmente a Domínguez por su destacada actuación. El delantero francés, en un gesto de admiración y respeto, le entregó su camiseta al arquero tricolor, un símbolo de reconocimiento a su gran labor en el campo de juego.
Este acto no solo enaltece la figura de Alexander Domínguez, sino que también refleja la grandeza de Karim Benzema, un jugador de clase mundial que supo reconocer el talento y el esfuerzo de su rival. La imagen de Benzema buscando a Domínguez en el vestuario para entregarle su camiseta se convirtió en un símbolo del respeto mutuo que existe entre los futbolistas, más allá de las camisetas que vistan.
La actuación de Domínguez en aquel partido y el posterior gesto de Benzema consolidaron la imagen del arquero ecuatoriano como un guardameta de talla internacional. Su nombre quedó grabado en la historia de los mundiales y su figura se convirtió en un referente para las nuevas generaciones de arqueros en Ecuador.
La anécdota de Benzema y Domínguez en Brasil 2014 es un recordatorio de que el fútbol, más allá de la competencia, es un espacio de encuentro y reconocimiento. Es una historia que nos llena de orgullo como ecuatorianos y que demuestra que, con talento y esfuerzo, se puede ganar el respeto de las más grandes figuras del deporte rey. "Dida" Domínguez, sin duda, se ganó el respeto de Benzema y de todo el mundo futbolístico aquella tarde en el Maracaná.
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