No es Cevallos, el campeón de Libertadores con Liga de Quito que prefirió ver a Barcelona SC

Patricio Urrutia es uno de las grandes capitanes en la historia de Liga de Quito al ser quien alzó la Copa Libertadores en 2008. Sin embargo, fue captado en una suite durante la Noche Amarilla 2025 y llamó la atención. Es importante recordar que surgió de las formativas de Barcelona SC y que había declarado ser hicnha del club desde pequeño.

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El fútbol tiene estas cosas. Un jugador puede surgir de las canteras de un equipo, pero el destino lo lleva a convertirse en leyenda en otro. Este es el caso de Patricio Urrutia, un volante que surgió de Barcelona SC pero que se ganó el corazón de la hinchada de Liga de Quito, donde se convirtió en uno de los jugadores más importantes de su historia.

De amarillo a blanco

Patricio Urrutia inició su carrera en las divisiones inferiores de Barcelona SC, donde mostró su talento y condiciones para convertirse en un jugador profesional. Sin embargo, su debut en el fútbol profesional se produjo con otro equipo, el Deportivo Cuenca.

Tras su paso por el equipo azuayo, Urrutia llegó a Liga de Quito en el año 2000. En el equipo albo, el volante encontró su lugar en el mundo. Su juego elegante, su visión de campo y su capacidad para marcar goles importantes lo convirtieron en un jugador fundamental para el esquema del equipo.

El capitán de la gloria

Urrutia se convirtió en el capitán y líder de Liga de Quito en una de las épocas más gloriosas del club. El volante fue el encargado de levantar los trofeos de la Copa Libertadores 2008, la Recopa Sudamericana 2009 y 2010, y el Campeonato Ecuatoriano 2003 y 2005.

Un referente para la hinchada alba

Patricio Urrutia se ganó el cariño y el respeto de la hinchada de Liga de Quito a base de grandes actuaciones y de su compromiso con el club. El volante se convirtió en un referente para los aficionados albos, que lo consideran uno de los jugadores más importantes de su historia.

Un legado imborrable

El legado de Patricio Urrutia en Liga de Quito es imborrable. El volante dejó una huella profunda en el club, tanto por sus logros deportivos como por su calidad humana. Urrutia es un ejemplo para los jóvenes futbolistas ecuatorianos y un símbolo de lo que significa defender la camiseta de Liga de Quito.

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