Por Mateo Garzón
Álex Arce es el jugador de Liga de Quito que desde su llegada fue disciplinado y no faltó a ningún entrenamiento. Isaac Álvarez, en una entrevista exclusiva que tuvo con La Voz Autorizada de El Futbolero, lo confesó. El paraguayo la rompió con los albos y ahora tiene más sentido, pues siempre estuvo presente para no equivocarse en los partidos.
Desde su llegada a Liga Deportiva Universitaria, el delantero paraguayo Álex Arce no solo ha deslumbrado con su olfato goleador, sino que también ha dejado una marca imborrable por su profesionalismo y disciplina. Más allá de los goles que lo han convertido en ídolo de la afición alba, Arce ha demostrado un compromiso absoluto con el equipo, revelándose un dato que habla por sí solo: no ha faltado a un solo entrenamiento desde que viste la camiseta de Liga.
Esta revelación, que ha trascendido desde el interior del club, pinta a Arce como un profesional ejemplar, un jugador que entiende la importancia del trabajo constante y la dedicación para alcanzar el éxito. En un fútbol actual donde las figuras a veces se ven envueltas en polémicas extradeportivas, la actitud de Arce resalta como un faro de profesionalismo.
La disciplina de Arce no es un hecho aislado, sino una constante que lo ha acompañado a lo largo de su carrera. Desde sus inicios en el fútbol paraguayo, pasando por su explosión goleadora en Independiente Rivadavia en Argentina, hasta su consolidación en Liga de Quito, el delantero ha demostrado una ética de trabajo intachable.
En Liga, esta disciplina se ha traducido en un rendimiento superlativo. Sus goles han sido fundamentales para el equipo, pero su aporte va mucho más allá de las anotaciones. Arce es un jugador que se entrega al máximo en cada entrenamiento, que busca mejorar día a día y que contagia su profesionalismo al resto del plantel.
Esta actitud ha calado hondo en el cuerpo técnico y en sus compañeros. El entrenador de Liga, Pablo Sánchez, ha destacado en varias ocasiones la profesionalidad de Arce, señalando que es un ejemplo para los jóvenes del club. Sus compañeros, por su parte, lo ven como un líder positivo, un jugador que siempre está dispuesto a darlo todo por el equipo.
La constancia de Arce en los entrenamientos no solo demuestra su compromiso, sino que también es un factor clave en su rendimiento dentro del campo de juego. La preparación física y táctica que realiza a diario le permite estar en óptimas condiciones para afrontar los partidos, lo que se traduce en una mayor eficacia goleadora y un mejor desempeño general.
En un fútbol cada vez más competitivo, la disciplina y el profesionalismo son factores determinantes para el éxito. Álex Arce lo ha entendido a la perfección y ha convertido estas cualidades en una de sus principales fortalezas. Su compromiso con Liga de Quito va más allá de los 90 minutos de juego; se extiende a cada entrenamiento, a cada sesión de trabajo, a cada día de preparación.
La historia de Álex Arce en Liga de Quito es una historia de superación, de talento y, sobre todo, de disciplina. Un jugador que llegó al club con la ilusión de triunfar y que, a base de esfuerzo y dedicación, se ha convertido en un referente para la institución y en un ídolo para la afición. Su ejemplo sirve de inspiración para las nuevas generaciones de futbolistas ecuatorianos, demostrando que el camino al éxito se construye con trabajo duro, constancia y un compromiso inquebrantable.
Más allá de los goles, Álex Arce ha dejado una lección valiosa en Liga de Quito: la disciplina es el puente entre los sueños y la realidad. Su intachable asistencia a los entrenamientos es un testimonio silencioso, pero poderoso, de su profesionalismo y su amor por el fútbol. Un ejemplo que trasciende el terreno de juego y se convierte en una inspiración para todos.
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