Por Mateo Garzón
Marcelo Barovero, dijo: "Centenario, Liga de Quito (Casa Blanca) no la pasaba bien, la cancha de Chicago, las del Ascenso en general son complicadas", esto cuando le preguntaron sobre las canchas más complicadas en las que le tocó jugar. El portero argentino es recordado por su gran paso por River Plate donde fue campeón de la Copa Libertadores en 2015.
Marcelo Barovero, arquero argentino recordado por su exitoso paso por River Plate, donde conquistó la Copa Libertadores en 2015, revivió sus experiencias en diferentes canchas a lo largo de su carrera. Al ser consultado sobre los estadios más complicados en los que le tocó jugar, el experimentado guardameta no dudó en mencionar a Casa Blanca, el fortín de Liga de Quito. "Centenario, Liga de Quito (Casa Blanca) no la pasaba bien, la cancha de Chicago, las del Ascenso en general son complicadas", fueron las palabras de Barovero, dejando en claro el impacto que generó jugar en la altura de Quito y la dificultad que representaba enfrentar a Liga en su casa.
La mención de Casa Blanca por parte de Barovero no es un hecho aislado. A lo largo de la historia, numerosos jugadores y entrenadores han reconocido la dificultad que implica jugar en la altura de Quito. La menor presión atmosférica, que reduce la disponibilidad de oxígeno, sumada al ambiente que genera la hinchada alba en su estadio, convierten a Casa Blanca en un escenario desafiante para cualquier rival.
La altura de Quito, ubicada a 2.850 metros sobre el nivel del mar, es un factor determinante en los partidos que se disputan en Casa Blanca. La menor presión atmosférica dificulta la oxigenación de los jugadores, lo que se traduce en una mayor fatiga y un menor rendimiento físico.
Para los arqueros, la altura representa un desafío adicional. El balón se desplaza a mayor velocidad y los remates pueden tomar trayectorias inesperadas, lo que exige una mayor concentración y una mejor respuesta física. Las palabras de Barovero, "En la de Liga de Quito no la pasaba bien ahí", reflejan precisamente esta dificultad.
El testimonio de Marcelo Barovero adquiere mayor relevancia al tratarse de un arquero con una trayectoria destacada. Su paso por River Plate, donde conquistó la Copa Libertadores en 2015, lo catapultó a la élite del fútbol sudamericano.
Su experiencia en partidos de alta exigencia y su enfrentamiento con equipos de diferentes características le permiten tener una perspectiva amplia sobre las dificultades que representan diferentes estadios. Su mención a Casa Blanca como uno de los escenarios más complicados en los que le tocó jugar refuerza la idea del impacto que genera la altura de Quito.
Además del factor altura, el ambiente que se vive en Casa Blanca también contribuye a generar un entorno hostil para los rivales. La hinchada de Liga de Quito se caracteriza por su pasión y su apoyo incondicional al equipo, lo que genera una presión adicional para los jugadores visitantes.
El estadio, con su diseño imponente y su ubicación estratégica, se convierte en una caldera que impulsa al equipo local y dificulta el accionar del rival. Este ambiente, sumado a los efectos de la altura, convierte a Casa Blanca en un fortín difícil de conquistar.
A lo largo de su historia, Casa Blanca ha sido testigo de grandes gestas de Liga de Quito, tanto a nivel local como internacional. El equipo albo ha sabido aprovechar la ventaja de la altura para conseguir importantes victorias frente a rivales de renombre.
La conquista de la Copa Libertadores en 2008 y la Copa Sudamericana en 2009 son ejemplos claros del poderío de Liga de Quito en su estadio. Estos logros han consolidado a Casa Blanca como un escenario emblemático del fútbol sudamericano y un lugar temido por los rivales.
Las palabras de Marcelo Barovero sobre Casa Blanca representan un reconocimiento al impacto que genera el estadio de Liga de Quito en los jugadores rivales. Su testimonio, proveniente de un arquero con una trayectoria destacada, refuerza la idea de que la altura de Quito y el ambiente que se vive en Casa Blanca son factores que influyen en el desarrollo de los partidos.
Para Liga de Quito, el reconocimiento de Barovero es un motivo de orgullo y una muestra del legado que ha construido a lo largo de su historia. Casa Blanca seguirá siendo un fortín para el equipo albo y un desafío para cualquier rival que se atreva a pisar su césped.
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