Le llegó el karma, se portó malagradecido con Liga de Quito por prefirir el dinero y ahora peleará el descenso

Sebastián González pudo volverse un referente en Liga de Quito y ni por más que dijo ser hincha del club se portó agradecido. La dirigencia quiso renovar su contrato, pero el jugador prefirió romperlo para quedar libre y así jugar en el fútbol de Emiratos Árabes. Ahora fue presentado por el Al Urooba de la primera división, pero está último, en 16 joranadas disputadas solo tiene 3 puntos y lo más probable es que termine descendiendo.

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Sebastián González emergió de las canteras de Liga de Quito como un talento en bruto, un diamante que necesitaba ser pulido. Su habilidad para eludir rivales, su visión de juego y su capacidad para marcar goles lo convirtieron en una de las joyas más prometedoras del fútbol ecuatoriano.

Bajo la batuta de Luis Zubeldía, González se convirtió en un jugador clave en el esquema de Liga de Quito. Su aporte fue fundamental para la obtención de la Copa Sudamericana y el Campeonato Ecuatoriano en 2023, logros que catapultaron su carrera a lo más alto.

Tras alcanzar la gloria con Liga de Quito, el futuro de Sebastián González parecía brillante. Sin embargo, su decisión de no renovar su contrato con el club capitalino en 2024 marcó el inicio de un abrupto declive.

Seis meses de inactividad, alejados de los terrenos de juego, afectaron su ritmo y confianza. En octubre de 2024, González fichó por el Shabab Al-Ahli de Emiratos Árabes Unidos, un destino exótico que prometía nuevos desafíos.

No obstante, su aventura en el fútbol emiratí ha sido hasta el momento un fiasco. Apenas ha disputado dos partidos y no ha logrado marcar goles. Su rendimiento ha estado muy por debajo de lo esperado, y su futuro es incierto.

Solo el tiempo dirá si Sebastián González logra resurgir de sus cenizas y volver a ser aquel jugador que prometía convertirse en una estrella del fútbol ecuatoriano. Por lo pronto, su historia sirve como una advertencia de que en el fútbol, como en la vida, el éxito puede ser fugaz y el fracaso acecha a la vuelta de la esquina.

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