Por David Alomoto
Richard Mina contó para los micrófonos de El Futbolero Ecuador que si es que llegaba a tapar el penal en el Olímpico Atahualpa, ante Universidad Católica, se hacía una estatua en el CAR de Pomasqui, tomándolo en tono jocoso. Agregó que no había practicado anteriormente en los entrenamientos, pero que tomó los guantes y se puso esa presión sobre sus espaldas luego de la expulsión de Alexander Domínguez.
El pasado encuentro entre Liga de Quito y Universidad Católica dejó una de las anécdotas más divertidas del fútbol ecuatoriano. Richard Mina, guardameta albo, protagonizó un momento que quedará en la memoria de los hinchas al prometerse a sí mismo una estatua en el Centro de Alto Rendimiento de Pomasqui si atajaba el penal que le correspondía ejecutar a los universitarios.
En una entrevista concedida a El Futbolero Ecuador, Mina reveló que esta peculiar promesa surgió en medio de la tensión del partido y como una forma de motivarse a sí mismo. “Fue un momento de adrenalina pura. Vi que Domínguez había sido expulsado y supe que me tocaba a mí. Entonces, en mi mente se me ocurrió la idea de hacerme una estatua si atajaba el penal. Lo dije más que nada en tono jocoso, para ponerle un poco de humor a la situación”, comentó el guardameta.
La improvisación y la presión
Lo más curioso de esta historia es que Mina no había practicado penales en los entrenamientos previos al partido. Sin embargo, el joven arquero no dudó en ponerse los guantes y asumir la responsabilidad de atajar el penal decisivo. “No había practicado nada en especial. Simplemente tomé los guantes y me puse esa presión sobre mis espaldas. Sabía que era una oportunidad única y quería aprovecharla”, afirmó.
La reacción de los hinchas y compañeros
La promesa de Mina generó gran revuelo en las redes sociales y entre los hinchas de Liga de Quito. Muchos se tomaron la broma con humor y elogiaron la actitud del joven guardameta. Sin embargo, también hubo quienes criticaron su falta de profesionalismo.
Por su parte, los compañeros de Mina en el equipo tomaron con buen humor la promesa del joven arquero. “Nos reímos mucho con lo que dijo Mina. Es un chico muy divertido y siempre está buscando la manera de levantar el ánimo del grupo”, comentó uno de los jugadores albos.
Un momento para recordar
Independientemente de si Mina llegó a atajar el penal o no, su promesa quedará en la memoria de los hinchas de Liga de Quito. Este tipo de anécdotas son las que hacen que el fútbol sea un deporte tan apasionante.
La promesa de Richard Mina de hacerse una estatua en el CAR de Pomasqui es una muestra más de la pasión y el compromiso que sienten los jugadores por el fútbol. Aunque fue una promesa hecha en tono jocoso, refleja la importancia que tiene cada partido para los futbolistas y la necesidad de encontrar formas de motivarse y superar la presión.
El impacto mediático y las reacciones de los expertos
La ocurrencia de Richard Mina rápidamente se viralizó en las redes sociales, generando una ola de memes, comentarios y debates entre los aficionados al fútbol. Muchos medios de comunicación nacional e internacional se hicieron eco de la noticia, convirtiendo a Mina en un personaje popular en el mundo del deporte.
Expertos en psicología deportiva analizaron el caso y coincidieron en que este tipo de acciones, aunque puedan parecer impulsivas, pueden tener un impacto positivo en el rendimiento de un jugador. La automotivación y la presión autoimpuesta pueden ser herramientas valiosas para superar momentos de tensión y alcanzar el éxito.
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